El sábado 31 de agosto inauguramos la exposición Africamericanos, un proyecto transmedia que aborda el legado y la importancia de la población afrodescendiente en América Latina y el Caribe. Esta muestra ocupa nuestras Salas de Exposiciones Temporales Planta alta, y cuenta con la curaduría de Claudi Carreras.
Para abrir las salas, Claudi Carreras ofreció una charla en el Auditorio Arq. Pedro Ramírez Vázquez donde destacó que el propósito de mostrar la diversidad es encontrar los puntos en común y recuperar la idea de que todos somos iguales: “La idea es intentar generar reflexiones visuales que nos lleven a compartir universos y aproximarnos como ciudadanos a distintas realidades”.
Realizada en colaboración con el Centro de la Imagen, Africamericanos se configura como un recorrido visual por los elementos de identidad, el racismo, la cosmovisión e historia de los afrodescendientes a través del trabajo de 70 artistas.
El guión curatorial y museográfico contempla una narrativa que va de México a Argentina, “inicia en el mar y termina ahí mismo” como señala Carreras, con el objeto de visualizar el agua como un elemento vinculatorio en el tráfico de personas que fueron esclavizadas y sustraídas del continente africano.
Es así como nuestro recorrido inicia con la mexicana Mara Sánchez y su proyecto fotográfico El cimarrón y su fandango, donde apreciamos el mar como detonante de una alegoría al pasado y los procesos de integración a nuevos territorios; pasa por 17 países siguiendo la diáspora; y termina con las evidencias sobre el blanqueamiento y eliminación de la misma en territorios argentinos y chilenos.
Entrar a Africamericanos es sumergirse en un mar de 40 proyectos artísticos, desde medios audiovisuales, proyecciones, instalaciones, fotografías, testimonios y hasta libros que marcaron las investigaciones y los testimonios en sus respectivos contextos.
“¿Por qué África y América?, Áfricamérica es un nuevo continente, estamos hablando de una realidad que tiene dimensión continental donde millones de personas fueron traídos a estas tierras y han dejado su semilla en la formación de los países cosas tan importantes como cualquiera de las otras culturas que componen la realidad americana” apunta Claudi, y contrasta: “ha habido un proceso sistemático, ocultación, de invisibilización, de blanqueamiento político, ha habido un proceso sistemático que ha ido erradicando esa realidad que tiene que ver con una potencia muy fuerte que debe ser reivindicada desde muchas disciplinas y que debe ser trabajada con toda su fuerza”.
Entre la gran diversidad de proyectos que buscan principalmente generar debates, encontramos por ejemplo el libro Tierra negra de Maya Goded, un “proyecto fundacional” como señala Claudi, que recorre a través de la fotografía a las comunidades afromexicanas de la costa chica de Guerrero y Oaxaca de finales del siglo XX, funcionando como uno de los primeros estudios que otorgan identidad. Encontramos también las Tecnologías deculoniales del costarricense Marton Robinson, que usa al discurso artístico, colonizado y eurocentrista para evidenciar los discursos sobre la diáspora africana. “Este proyecto consigue unir demandas, clamores, percepciones, a través de las obras de muchos artistas que llevan un mensaje de identidad”.
Africamericanos detona el completo resquebrajamiento de los estereotipos, ya de por sí dañinos, y nos muestra las realidades que no toman distancia del mundo contemporáneo, como la serie de Josué Azor, Noctambules: Queer nightlife in Port-au-Prince que nos muestra a un Haití libre, diverso y lleno de vida.
Así mismo, nos permite conocer historias contemporáneas como la de Maysa, serie fotográfica de Luisa Döor sobre una joven que busca abrirse paso en el mundo de las competencias de belleza y moda en Brasil; o nos enfrenta con la realidad de las redes sociales y su discurso racista disfrazado de libertad de expresión.
Para Carreras lo más importante del proyecto es que se trata de “un proceso que me ha cuestionado como persona en múltiples ocasiones y me sigue cuestionando. Es un proyecto donde uno se ve ante la necesidad de desaprender muchos conceptos de los que tenemos establecidos como únicos, nuestra interpretación de la realidad es una interpretación que tiene que ver siempre con un patriarcado, que tiene que ver con una cultura blanca, eurocentrista, con una cultura que nos marca una pauta como si eso fuera la realidad”.
Por ejemplo, se incluyen los archivos fotográficos del siglo XIX, como el del Instituto Moreira Salles de Brasil, que nos muestra fotografías de personas esclavizadas; la colección Eugène Courret de la Biblioteca Nacional del Perú con retratos de bebés que son cargados por sus “Amas” (niñeras) revestidas de negro para ocultarlas, o el archivo personal de la artista y activista Victoria Santa Cruz, protagonizado por el video de su performance Negra soy; entre otros.
Cabe destacar que la exposición se enmarca en el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, declarado por la ONU en 2015, y a su vez coincide con el reconocimiento constitucional de personas, pueblos y comunidades afromexicanas y sus derechos en México.
La propuesta es mirar esta investigación como una serie de propuestas artísticas que cuestionan nuestra realidad. Como señaló el artista Baltazar Castellano Melo: “A través de las artes es donde hay que luchar por el reconocimiento. (Con) un gran proyecto como éste, creo que es momento de unir fuerzas e identidad para decir: aquí estamos”.
Para la exposición, Olga Manzano (Oaxaca), Baltazar Castellano Melo (Oaxaca), Gustavo Esquina de la Espada (Panamá), Virgilio Esquina de la Espada (Panamá) y Manuel Golden “Tatú” (Panamá) realizaron un mural in situ donde ejemplifican visualmente cómo “Mamá África” vertió su sangre, su semilla y su vida para regarse por todo el mundo, y que ese mundo afrodescendiente es parte de nosotros.
“Lo más importante al final es que nosotros entendamos que todos formamos parte de una realidad y de un mismo universo y que no importa el tono de piel que no empieza en un límite y termina en otro”, concluyó Claudi Carreras.
Africamericanos estará en exhibición en las Salas de Exposiciones Temporales Planta alta del Museo Amparo del 31 de agosto de 2019 al 13 de enero de 2020.
