El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Cerámica clásica del sur de Puebla | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Cerámica clásica del sur de Puebla

Región Región Tepexi-Ixcaquixtla
Período Clásico temprano
Período 9 Clásico temprano
Año 200-650 d.C.
Técnica

Barro modelado, pulido a palillos

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 271
Investigador

El sur del estado de Puebla es una de las regiones más importantes de producción alfarera hasta nuestros días. Durante la época prehispánica y más específicamente en el Clásico Temprano (200-650 d.C.), el área que comprende los actuales municipios de Tepexi e Ixcaquixtla, fue el punto de elaboración de la cerámica diagnóstica de la Mesoamérica de aquel periodo, la llamada Anaranjado Delgado.

Obtenida de los bancos cercanos al río Carnero, la arcilla fue también utilizada para la manufactura de lozas de consumo local, mezcladas con otros barros y desgrasantes, resultado de ellos, las cerámicas presentan una línea cromática, en diferentes escalas, de amarillo-naranja. La existencia de tonos negros en la pieza, que irrumpen la homogeneidad del color, se debe a la cocción diferencial reflejo del uso de hornos abiertos.

El conjunto de piezas seleccionadas consiste en tres cajetes, un cuenco y un plato, todos modelados, con engobe y con un acabado de superficie pulido, aunque en diferentes niveles. Sin duda, es el cuenco el que mejor calidad posee, pues además de lograr un lustre cercano al bruñido, éste es uniforme. En el caso de los cajetes la técnica implementada es a palillo, otorgándole una textura heterogénea, manifestado en zona mate y otras con brillo. Finalmente, el plato es el que presenta un menor pulimiento, posiblemente ocasionado por un solo tratamiento, lo que da como resultado que algunos espacios parezcan alisados.

En cuanto a la descripción de las formas, podemos precisar que existen dos cajetes de paredes curvo-divergentes, borde redondo y base plana, mientras que el restante se diferencia por sus paredes recto-divergentes. El cuenco ostenta una base plana, paredes curvo-convergentes y borde de media ojiva. Por su parte, el plato de paredes recto-divergentes y borde redondeado, tiene una base cóncava.

La idea de integrar las cinco piezas en un conjunto, no solo se debe a su posible origen de producción, sino a la oportunidad de imaginarlas en un contexto específico, característico de la región de Ixcaquixtla, donde su presencia se asocia principalmente a un espacio funerario, ubicado en los cimientos del actual poblado.

La creación de tumbas, como generalmente son llamadas en la zona, fue común hacia el periodo Clásico (200-900 d.C.). Elaboradas debajo de las unidades habitacionales, los recintos funerarios tenían como fin colocar los restos mortales de los ancestros con quienes se buscaba fortalecer el vínculo más allá de la vida.

La tipología arquitectónica de las construcciones se caracteriza en su mayoría por su forma irregular, que tiende a ser circular o semicircular. Debido a que fueron excavadas sobre el terreno natural, conformado por caliza, es posible notar un número considerable de imperfecciones. El acceso se hacía por una pequeña cavidad asimétrica, que era cubierta por una losa redonda, la cual podía ser removida en el momento que se ocupara, lo que indica un empleo constante de entrada y salida.

Dentro de ella, se colocaba además del cuerpo, una serie de objetos relacionados a este. Los espacios eran ofrendados con vasijas de manufactura local, en distintos tamaños y formas, entre las que destacan, cajetes, cuencos y platos. En ocasiones, el número de lozas colocadas rebasaban las cincuenta piezas, por desgracia desconocemos qué es lo que contenían o si solo eran votivas. Finalmente, algunas tumbas presentaban yugos de forma angular, propios de la región, sin que hasta el momento sepamos su función.

La posibilidad de vislumbrar una serie de vasijas, aparentemente disímiles en forma, no nos debe ser ajena. La relación de los objetos en la cotidianidad irrumpe con las clasificaciones formales de los estudios especializados y nos permite asociarlo a condiciones actuales, donde, por ejemplo, recipientes de plástico, metal o cerámica con diferentes siluetas, interactúan en un mismo punto como la mesa.

El sur del estado de Puebla es una de las regiones más importantes de producción alfarera hasta nuestros días. Durante la época prehispánica y más específicamente en el Clásico Temprano (200-650 d.C.), el área que comprende los actuales municipios de Tepexi e Ixcaquixtla, fue el punto de elaboración de la cerámica diagnóstica de la Mesoamérica de aquel periodo, la llamada Anaranjado Delgado.

Obras de la sala

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