El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Figura femenina con los brazos sobre el abdomen | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Figura femenina con los brazos sobre el abdomen

Cultura Tradición Mezcala
Región Cuenca media del Balsas
Período Preclásico tardío-Clásico tardío
Período 9 Preclásico tardío-Clásico tardío
Año 500 a.C.-900 d.C.
Técnica

Piedra tallada

Medidas 12.6   x 10.3  x 30  cm
Ubicación Sala 3. Cuerpos, rostros, personas
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 981
Investigador

Tal vez sería más exacto ver esta pieza como un sub producto derivado de la tradición Mezcala que como una figura propiamente Mezcala. Esta pieza, junto con la marcada con el registro 981, son también pequeñas esculturas funerarias antropomórficas. Pero al mismo tiempo tienen rasgos muy diferentes, y sobre todo representan una orientación estilística que se aleja de las convenciones Mezcala en varios aspectos. Se trata de figuras que no están hechas en piedras de colores o traslúcidas, sino en piedras gris oscuro, con apariencia de basaltos. Además, es evidente que el pulido está dirigido a la obtención de volúmenes y detalles del cuerpo, a diferencia del procedimiento más habitual en las piezas Mezcala, que es pulir para sacar líneas rectas o cortes y luego sacar brillo.

Esta figura plantea un desafío complejo; sus dimensiones, el hecho de que se trate de una figura humana tallada en piedra, sin tocado ni otro elemento que la vincule a tradiciones regionales distintas, además de las noticias que tenemos de su vinculación con la colección de piezas de la tradición Mezcala, nos indican que la obra pertenecería al contexto y región de producción de dichas obras Mezcala. Los ojos, ligeramente hinchados y con una ranura, a manera de granos de café, coinciden con algunos diseños de figuras Mezcala del tipo llamado chontal.

Sin embargo, como ocurre en el caso de la pieza 981, la orientación naturalista en el tratamiento del conjunto se aleja de las convenciones generales de la tradición Mezcala. Obsérvese, por ejemplo, el trabajo de los labios, los pómulos y las aletas de la nariz. Pero el punto decisivo, en el cual la inclusión en el corpus Mezcala exige una etiqueta que avise sobre la excepcionalidad de esta pieza, es la sugerencia de movimiento o el movimiento potencial que se aprecia en la figura. La posición de la cabeza y la ubicación del hombro derecho ligeramente abajo del izquierdo indican una inclinación, que se ve enfatizada por un rasgo totalmente inusual: los antebrazos no se encuentran a la misma altura, uno sube y otro baja, con lo cual se rompe la simetría. Todo ello nos lleva a considerar esta pieza en particular como una probable figura Mezcala con un comportamiento muy singular.

Tal vez sería más exacto ver esta figura como un sub producto derivado de la tradición Mezcala que como una pieza propiamente Mezcala. Junto con la marcada con el registro 982, son pequeñas esculturas funerarias antropomórficas. Pero al mismo tiempo tienen rasgos muy diferentes y sobre todo representan una orientación estilística que se aleja de las convenciones Mezcala en varios aspectos.

Se trata de figuras que no están hechas en piedras de colores o traslúcidas, sino en piedras gris oscuro, con apariencia de basaltos. Además, es evidente que el pulido está dirigido a la obtención de volúmenes y detalles del cuerpo, a diferencia del procedimiento más habitual en las piezas Mezcala, que es pulir para sacar líneas rectas o cortes y luego sacar brillo.

Esta pieza cumple con ciertas reglas compositivas de las figuras de la tradición Mezcala, la estricta simetría, el esquematismo de las extremidades, la solución geométrica de las piernas y del área entre ellas. Es muy llamativo un rasgo que casi podríamos considerar diagnóstico de las obras Mezcala: los brazos pegados al cuerpo y los antebrazos doblados, en ángulo recto, sobre el abdomen. Sin embargo, todos estos rasgos se ejecutan desde un enfoque radicalmente distinto al del estilo de la tradición Mezcala. En este caso el vuelco hacia un tratamiento naturalista del rostro, del abdomen y, en general, del volumen corporal, es muy llamativo. Esta pieza es una de las pocas de la tradición Mezcala que representan a una mujer.

Tal vez sería más exacto ver esta pieza como un sub producto derivado de la tradición Mezcala que como una figura propiamente Mezcala. Esta pieza, junto con la marcada con el registro 981, son también pequeñas esculturas funerarias antropomórficas. Pero al mismo tiempo tienen rasgos muy diferentes, y sobre todo representan una orientación estilística que se aleja de las convenciones Mezcala en varios aspectos. Se trata de figuras que no están hechas en piedras de colores o traslúcidas, sino en piedras gris oscuro, con apariencia de basaltos. Además, es evidente que el pulido está dirigido a la obtención de volúmenes y detalles del cuerpo, a diferencia del procedimiento más habitual en las piezas Mezcala, que es pulir para sacar líneas rectas o cortes y luego sacar brillo.

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